A la hora de afrontar la tercera y última parte de su saga dedicada al
hombre murciélago, Christopher Nolan ha asumido la difícil tarea de crear una
película que cierre los arcos argumentales abiertos en Batman begins (id, 2005) y
El caballero oscuro (The dark knight, 2008) sin que ello suponga eliminar la posibilidad de
que otro realizador pueda continuar con la crónica de la lucha contra el crimen
en la ciudad de Gotham. Es por ello que El
caballero oscuro: La leyenda renace (The
dark knight rises, 2012) se esfuerza por conectar su trama con la de los
dos títulos que la preceden, a fin de dotar a la trilogía de una cierta unidad
de conjunto, al tiempo que abre el camino a nuevas aventuras basadas en los personajes
creados por Bob Kane. Pero lo que finalmente acaba destacando en El caballero oscuro: La leyenda renace
es el modo con que pone fin al viaje vital iniciado por Bruce Wayne/Batman (un espléndido
Christian Bale) en la primera entrega de la serie.
Como ya hicieron las dos primeras entregas de la trilogía, El caballero oscuro: La leyenda renace
recoge numerosos elementos procedentes de algunos de los mejores cómics
protagonizados por Batman. En esta ocasión, y al igual que Frank Miller en su
mítica novela gráfica El regreso del
señor de la noche (1986), Christopher Nolan narra el regreso a la acción de
un maduro Batman tras numerosos años de ausencia. Es por ello que toda la parte
inicial de la película está marcada por un intenso aroma crepuscular, y no solo
porque Bruce Wayne se encuentre prematuramente envejecido y con el cuerpo deteriorado
por los efectos de su cruzada secreta contra el mal, sino por los cambios que
se han producido en Gotham desde los hechos narrados en El caballero oscuro. Durante todo este tiempo Wayne se ha aislado
del mundo exterior, recluyéndose en su lujosa mansión y generando rumores que
le comparan con Howard Hughes; su colaborador Alfred (Michael Caine) ha seguido
engañándole acerca de Rachel (interpretada por Katie Holmes en Batman begins y por Maggie Gyllenhaal en El caballero
oscuro), haciéndole creer que
ella le seguía amando en el momento de su muerte; el comisario James Gordon
(Gary Oldman) ha convertido en leyenda la figura del desaparecido fiscal Harvey
Dent (interpretado por Aaron Eckhart en El caballero oscuro), mintiendo sobre las condiciones de su muerte y
utilizando su supuesto asesinato para endurecer el sistema penal, consiguiendo
de este modo eliminar el crimen organizado de Gotham… Todo este mundo,
aparentemente apacible pero fundamentado en la mentira, estallará en pedazos
cuando el mal emerja de entre los cimientos de la ciudad.
No es una casualidad que Bane (Tom Hardy), el peligroso malvado que obliga a Bruce Wayne a volver a enfundarse su traje de justiciero, esté fuertemente vinculado a su pasado. Perteneciente a La liga de las sombras, la misteriosa organización en la que Bruce estuvo a punto de ingresar antes de convertirse en Batman, y discípulo de Ra’s al Ghul (Liam Neeson), mentor y a la postre rival del protagonista durante los hechos narrados en Batman begins, Bane es un villano despiadado y cruel que se define a sí mismo como “el Apocalipsis de Gotham” y a quien el codicioso Dagget (Ben Mendelsohn) califica como “el demonio en persona”. Con la mayor parte del rostro cubierto por una siniestra máscara que alivia su dolor crónico, Bane prepara la destrucción de Gotham desde su sede de operaciones en las alcantarillas, decorado que no solo permite analogías con la Batcueva de Batman sino que además subraya la idea de un mal que durante mucho tiempo ha permanecido oculto bajo la superficie, esperando el momento oportuno para atacar a una civilización corrupta hasta sus raíces. Pero si algo caracteriza a Bane es su falta de compasión: no solo es capaz de asesinar con una inquietante facilidad (en ocasiones simplemente posando una mano sobre sus víctimas), sino que disfruta ocasionando falsas esperanzas a los habitantes de una urbe que ya ha sido condenada. Es por ello que no duda en ocultar sus planes terroristas bajo la engañosa imagen de una revolución social similar a la francesa: momentos concretos de su plan incluyen la liberación de los presos de Gotham (una posible referencia a la toma de la Bastilla) o la celebración de juicios populares (comparables a los celebrados en París durante la época del Terror) en los que se sentencia a muerte a miembros de la clase alta de la ciudad, enmascarando de esta forma un proyecto de destrucción que en realidad pretende la aniquilación de miembros de todas las clases sociales.
No es una casualidad que Bane (Tom Hardy), el peligroso malvado que obliga a Bruce Wayne a volver a enfundarse su traje de justiciero, esté fuertemente vinculado a su pasado. Perteneciente a La liga de las sombras, la misteriosa organización en la que Bruce estuvo a punto de ingresar antes de convertirse en Batman, y discípulo de Ra’s al Ghul (Liam Neeson), mentor y a la postre rival del protagonista durante los hechos narrados en Batman begins, Bane es un villano despiadado y cruel que se define a sí mismo como “el Apocalipsis de Gotham” y a quien el codicioso Dagget (Ben Mendelsohn) califica como “el demonio en persona”. Con la mayor parte del rostro cubierto por una siniestra máscara que alivia su dolor crónico, Bane prepara la destrucción de Gotham desde su sede de operaciones en las alcantarillas, decorado que no solo permite analogías con la Batcueva de Batman sino que además subraya la idea de un mal que durante mucho tiempo ha permanecido oculto bajo la superficie, esperando el momento oportuno para atacar a una civilización corrupta hasta sus raíces. Pero si algo caracteriza a Bane es su falta de compasión: no solo es capaz de asesinar con una inquietante facilidad (en ocasiones simplemente posando una mano sobre sus víctimas), sino que disfruta ocasionando falsas esperanzas a los habitantes de una urbe que ya ha sido condenada. Es por ello que no duda en ocultar sus planes terroristas bajo la engañosa imagen de una revolución social similar a la francesa: momentos concretos de su plan incluyen la liberación de los presos de Gotham (una posible referencia a la toma de la Bastilla) o la celebración de juicios populares (comparables a los celebrados en París durante la época del Terror) en los que se sentencia a muerte a miembros de la clase alta de la ciudad, enmascarando de esta forma un proyecto de destrucción que en realidad pretende la aniquilación de miembros de todas las clases sociales.
Aunque las acciones criminales de Bane suponen el catalizador que provoca
la reaparición de Batman, éste afronta inicialmente su regreso a la acción como
un proceso de autodestrucción. El doloroso recuerdo de la muerte de Rachel, que
le ha convertido en un fantasma en vida incapaz de sobreponerse a la enésima
pérdida de un ser querido, llevará a Bruce a enfundarse de nuevo el traje de
murciélago como única forma posible de purgar sus pecados. Resulta
especialmente significativa la secuencia en la que Bruce acude a un baile de
disfraces siendo él el único asistente que no lleva máscara: tal y como le
comenta irónicamente a la ladrona Selina Kyle, alias Catwoman (una excelente, y
sensual, Anne Hathaway), en realidad su disfraz es el de un multimillonario
superficial y misántropo que en el fondo oculta a un ser atormentado incapaz de
comenzar una nueva vida. Con este sentimiento de eterna frustración no es de
extrañar que las primeras incursiones nocturnas de Batman tras su época de
inactividad sean tan erráticas: su reaparición durante el curso de una
persecución policial no hará otra cosa que desviar la atención de las autoridades
permitiendo la huida de Bane, mientras que su primer enfrentamiento con el
villano se saldará con una brutal derrota y con su incapacitación temporal. Es
por ello que Alfred le revelará a su amo que, momentos antes de su muerte,
Rachel había decidido olvidarle para casarse con Harvey Dent; aunque Alfred
sabe que sacar a la luz tan dolorosa verdad supondrá un antes y un después en
su amistad con Bruce, también es consciente de que se trata del único modo
posible de parar el viaje hacia la inmolación de su mejor amigo.
Lo que acaba proponiendo El caballero
oscuro: La leyenda renace es un descenso a los infiernos de Bruce Wayne y
su posterior resurrección tras la aceptación de sus debilidades humanas.
Confinado por Bane en una claustrofóbica prisión en algún remoto lugar de Asia,
Wayne deberá superar un duro proceso de sufrimiento y redención solo tras el
cual será capaz de regresar a su ciudad para salvarla. De hecho este proceso
supondrá para el protagonista recorrer el camino inverso al que llevó a cabo
durante los hechos narrados en Batman
begins: si en el pasado Wayne tuvo que aprender a afrontar sus temores para
poder convertirse en un justiciero capaz de aterrorizar a los delincuentes, en
esta ocasión solo será capaz de escapar de su confinamiento tras admitir que
tiene miedo a morir, paso ineludible para poder escalar el pozo que le
conducirá a la libertad y que solo puede superar quien tenga en alta estima su
propia existencia. No resulta casual que en el crucial momento en el que Wayne consigue
salir al exterior tras meses de enclaustramiento aparezca ante él una bandada
de murciélagos, símbolos de los miedos del protagonista que no aparecían en la
trilogía desde que éste aprendió a dejar de temerlos en Batman begins.
La parte final de la película narra el regreso triunfal del hombre
murciélago a Gotham. Es en este momento cuando Wayne logra culminar su proyecto
de convertir a Batman en un símbolo capaz de despertar el coraje de los
desamparados habitantes de la ciudad. De hecho durante su ausencia el joven e
idealista policía John Blake (un sensacional Joseph Gordon-Levitt) ya ha invocado
la figura de Batman esbozando su figura con tiza en diferentes rincones de
Gotham, otorgando al héroe un carácter legendario que éste alimentará al
iluminar con fuego un gigantesco símbolo de murciélago que anuncia su regreso a
la ciudad. Significativamente la catártica lucha final de Batman contra los
hombres de Bane se producirá al amanecer, siendo esta la única ocasión en la
que se dejará ver a plena luz del día, y luchando codo a codo con unos agentes
del orden que meses antes trataban de detenerle. Sin embargo esa misma
redención final del héroe, capaz de infundir valor incluso a un policía tan
poco ejemplar como Foley (Matthew Modine), supondrá la toma de conciencia
definitiva de Blake: su gesto al lanzar su placa de policía al mar, idéntico al
de Clint Eastwood en la última secuencia de Harry
el sucio (Dirty Harry, Don
Siegel, 1971), anuncia su pérdida de fe en un sistema cuya ineficacia convierte
en necesaria la existencia de un justiciero anónimo como Batman.
Aunque quizá no alcance la brillantez del segundo capítulo de la saga, El caballero oscuro: La leyenda renace es una intensa película narrada con brío y elegancia por Christopher Nolan. En este sentido cabe destacar la fuerza de secuencias tan abrumadoras como la fuga de Bane de un avión en pleno vuelo -una nueva referencia de Nolan a las películas de James Bond, en este caso a Licencia para matar (Licence to kill, John Glen, 1989)-, la ya citada irrupción de Batman en una persecución automovilística o la espectacular carga final de cientos de policías contra los esbirros del villano. Pero si existe en esta película una escena digna de ser recordada esa es sin duda la del primer enfrentamiento entre Batman y Bane: dotada de una violencia absolutamente brutal, dicha secuencia pone de manifiesto la indefensión del hombre murciélago ante un enemigo que le supera a todos los niveles, idea potenciada gracias a la ausencia de música durante todo el combate, lo que dota de gran dramatismo a los escalofriantes gritos de dolor de Batman, y a un montaje más pausado que el de las restantes secuencias de acción, remarcando de este modo la lentitud de movimientos de un héroe que demuestra ser mucho menos invencible de lo que parecía en el pasado.
El caballero oscuro: La leyenda
renace culmina con un epílogo con
el que Christopher Nolan pone punto final a su visión del hombre murciélago de
un modo tan arriesgado como eficaz (atención: SPOILER). Tras la supuesta muerte tanto de Batman como de Bruce
Wayne, el entrañable Alfred ve cumplir sus sueños al descubrir que su antiguo
amo disfruta de una nueva vida en compañía de Selina, una mujer que como él
buscaba dejar atrás un tenebroso pasado. Bruce Wayne ha conseguido por fin
dejar atrás sus obsesiones tras crear un símbolo capaz de dotar de esperanza a
los habitantes de Gotham. Pero aunque Batman haya desaparecido (¿para
siempre?), la ciudad será vigilada bajo la atenta mirada de John Blake, quien
en la última secuencia de la película revela que su segundo nombre es Robin e
irrumpe en la Batcueva dispuesto a dar continuidad al legado del señor de la
noche.
7 comentarios:
Pues a mí me gustó bastante, y me parece una muy digna conclusión para la saga, pero aún así hubo mommentos que chirriaban un poco:
-la villana sorpresa, que además de hacerlo muy mal, parece que lleva escrito malvada en la frente;
-algunos momentos inexplicados, que en el cine te los crees, pero no se como quedaran tras una revisión: que Batman tenga bastón; la increible concienciación del policia al que da vida Modine; la aparición inexplicable del programa tabula rasa en manos de Batman...
En general el guión es bastante más flojo que el de "El caballero oscuro"
Aun así en general gana lo positivo, por la buena labor de los actores (Bale, Oldman, Hathaway, Caine, Hewitt...), la excelente puesta en escena de Nolan, que hace creible lo que podría haber resultado risible, y ese final explendido y deliciosamente ambiguio, como el de "Origen".
Esperemos que el que la retome (algo que tarde o temprano ocurrira...) sepa mantener el nivel de Nolan
Un saludo
Buenos días, León:
Tienes razón, hay algunos detalles de la película que chirrían un poco y en general el guión está por debajo del de “El caballero oscuro”. Uno de los aspectos más duramente criticados de la tercera parte de la trilogía es (atención: SPOILER) el personaje interpretado por Marion Cotillard; en parte estoy de acuerdo en que es de lo menos conseguido del conjunto, pero creo que el modo en que oculta su verdadera identidad no deja de ser coherente con la saga: del mismo modo que en “Batman begins” Ra’s al Ghul se hacía pasar por Henri Ducard y hacía creer a todos que el auténtico Ra’s era otro, aquí su hija Thalia se hace llamar Miranda Tate y consigue que todos crean que Bane es el único responsable del plan de destrucción de Gotham. Puede que el giro de guión sea innecesario, pero no lo veo muy diferente al de “Batman begins”.
Está bastante claro que tarde o temprano volveremos a ver a Batman en la gran pantalla, el misterio es si su argumento hará borrón y cuenta nueva o retomará la acción donde acaba “El caballero oscuro: La leyenda renace”. Lo cierto es que Nolan ha dejado el listón muy alto, pero creo que existen varios cineastas que podrían llevar a cabo un gran trabajo, como por ejemplo David Fincher.
¡Saludos!
Amigo, Pedro. Excelente trabajo el realizado; un análisis detallado de la trilogía del personaje, Batman en manos del ínclito, C. Nolan. Grandilocuente y espectacular: la he visto durante estas vacaciones. Me ha gustado, pero se me hizo muy larga (contradictoria situación). He denotado a un Nolan cansado del personaje. No lo sé, pero ése fue mi pálpito. Estaremos atentos a los próximos proyectos de británico. Un abrazo
Buenas tardes:
Muchas gracias por tu comentario, J.C. Alonso. Celebro que te hayan gustado mis comentarios sobre esta saga; lo cierto es que el personaje de Batman siempre me ha gustado y me ha parecido muy interesante el enfoque que Nolan le ha dado a sus aventuras. Quizás el metraje de esta tercera película sea algo excesivo, pero pienso que se trata de un cine superior a la media y, sin duda, una gran aportación al cine de superhéroes, por lo general un género cada vez más mecánico y repetitivo.
¡Saludos!
Lo intenté dos veces con 'El Caballero Oscuro' y me dormí. Debía de estar cansado. Un aviso: no soy un loco de los comics ni de sus adaptaciones cinematográficas. Pero lo reconozco, con 'La Leyenda Renace' me lo he pasado fenomenal a pesar, o gracias a, de su larga duración. Espectacular, entretenida, con diálogos chispeantes dignos del mejor cine negro y un Batman más admirable por cuanto más vulnerable parece. Christopher Nolan ha hecho una adaptación memorable. Un saludo!!!
Buenas tardes:
Gracias por tu comentario, manipulador de alimentos. Tampoco soy un gran aficionado ni a los cómics ni a sus adaptaciones al cine, pero lo cierto es que el personaje de Batman me parece muy interesante y las adaptaciones de Nolan me resultan más que apreciables.
¡Saludos!
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