Advertencia: Recomiendo a todo aquel que desconozca la serie de
televisión Perdidos que no lea el
siguiente artículo a menos que no le importe conocer algunas características
fundamentales de la trama y de sus personajes. Aunque los aspectos de la serie
a los que me referiré representan una ínfima parte de los cientos de sorpresas
que depara Perdidos, una serie como esta
merece ser disfrutada con la menor cantidad de información previa que sea
posible.
Creada por J.J. Abrams, Damon
Lindelof y Jeffrey Lieber, Perdidos (Lost) empezó a ser emitida en noviembre
de 2004, finalizando en mayo de 2010 tras seis temporadas que la convirtieron
en una de las series de televisión más populares de las últimas décadas. Estos
seis años también fueron fundamentales para la trayectoria profesional del
compositor de su banda sonora, Michael Giacchino: si poco después del inicio de
la serie el músico lograba su primer gran éxito en el mundo del cine con Los
increíbles (The incredibles, Brad Bird, 2004), en el momento de la
emisión del último capítulo de Perdidos
Giacchino acababa de obtener un Oscar por la partitura de Up (id,
Pete Docter y Bob Peterson, 2009) y ya era unánimemente reconocido como uno de
los mejores compositores de bandas sonoras en activo. La partitura de Perdidos se encuentra de este modo en
una etapa crucial de la obra de este compositor, siendo además uno de sus
trabajos más admirados. Y es que la extraordinaria música de Giacchino acabó
convirtiéndose en una de las principales señas de identidad de esta serie
protagonizada por los supervivientes del vuelo 815 de la compañía aérea Oceanic
que, en el transcurso de un viaje de Sídney a Los Ángeles, se estrella en una
isla en la que todo es posible.
A lo largo de las seis temporadas
de Perdidos, el compositor de Super 8 (id, J.J. Abrams, 2011) construyó un apasionante e
inconfundible universo musical compuesto por decenas de leitmotivs dedicados a
todos los personajes importantes de la trama, así como por magníficos temas de
amor, acción y misterio que ayudaron a engrandecer una serie en mi opinión
fascinante a pesar sus (pequeñas) imperfecciones. El resultado no solo es la
obra más completa y memorable de su compositor, sino probablemente una de las
bandas sonoras más impresionantes jamás compuestas para una serie televisiva.
Es tal la riqueza de esta espléndida partitura que casi cualquier análisis que
se le dedique tiene que resultar forzosamente superficial o incompleto; al
respecto recomiendo la lectura del exhaustivo y excepcional estudio
llevado a cabo por Óscar Giménez en la imprescindible web BsoSpirit. Mi
pequeña aproximación a la banda sonora de Perdidos
consistirá en cambio en una selección puramente subjetiva de sus diez mejores
temas, secuenciados aproximadamente según el orden cronológico con el que
aparecen en la serie o adquieren un papel relevante en la partitura.
El tema de la vida y la muerte
De entre la multitud de temas
compuestos por Giacchino para Perdidos,
probablemente el más famoso de todos sea el tema de la vida y la muerte, una
hermosa melodía de piano que aparece en algunos de los momentos más importantes
de la historia. Su primera gran aparición se produce en la primera temporada,
cuando uno de los personajes principales fallece al mismo tiempo que Claire (Emilie
de Ravin) da a luz a su hijo Aaron. A partir de este momento el tema de la vida
y la muerte suele aparecer con diferentes variaciones casi siempre que uno de
los pasajeros del vuelo 815 muere, aunque la mejor versión de dicho tema
aparece durante la extraordinaria secuencia que pone fin a la primera
temporada. Si hasta ese momento de la serie hemos ido conociendo el pasado de sus
protagonistas y los motivos que les llevaron a emprender el viaje de Sídney a
Los Ángeles, en un último flashback por fin les vemos subir a bordo del avión
que cambiará sus vidas para siempre. El excepcional talento de Giacchino para
pasar de la emotividad al suspense en un abrir y cerrar de ojos queda reflejado
hacia el final de la secuencia, cuando la acción regresa al presente y Jack (Matthew
Fox) y Locke (un antológico Terry O’Quinn) asoman la mirada por una extraña
escotilla que no desvelará sus misterios hasta la segunda temporada.
Los temas de Locke
En mi opinión el mayor atractivo
de Perdidos no reside en sus
constantes giros argumentales ni en su interminable sucesión de misterios, sino
en su extensa y fascinante galería de personajes. En este sentido resultan
fundamentales los innumerables flashbacks que, sobre todo durante las tres
primeras temporadas de la serie, muestran cómo eran las extrañas vidas de los
protagonistas antes de que el destino les uniera en la enigmática isla. Estos
constantes saltos temporales no solo consiguen dotar de gran misterio a los
personajes, sino que además les confiere infinidad de matices humanos, logrando
que todos ellos sean difíciles de olvidar para el espectador. Uno de los personajes
más memorables es sin duda John Locke, quien a diferencia de los demás supervivientes
no ve su reclusión en la isla como una maldición sino como una segunda
oportunidad. Y es que la vida de Locke adquiere un sentido en la isla que nunca
tuvo fuera de ella, tal y como se encargan de demostrar sus dolorosos
recuerdos.
Coherentemente con la idea de que
la vida de Locke a partir de su llegada a la isla no tiene nada que ver con la
de antes, Michael Giacchino le dedica no uno sino varios temas propios. El
primero de ellos está relacionado con sus peligrosas aventuras en la isla,
remarcando gracias a una poderosa percusión el valor y la valentía que
convertirán a este personaje en una figura esencial para la supervivencia del
grupo. La primera aparición de este tema se produce cuando Locke se da a
conocer al resto de supervivientes demostrando un insospechado conocimiento del
mundo de la caza y una inesperada habilidad con los cuchillos.
Otro gran tema musical dedicado a
Locke está en cambio relacionado con su pasado, acompañando los momentos más
trágicos de su tortuosa existencia. La primera aparición de este leitmotiv se
produce durante el famoso flashback que revela que antes de sufrir el accidente
aéreo Locke sufría una parálisis que le impedía caminar… y que
inexplicablemente recobró la sensibilidad de sus piernas en cuanto llegó a la
isla.
El tema de Hugo
Otro memorable personaje de Perdidos es Hugo Reyes, Hurley para los
amigos, encarnado con gran simpatía por Jorge Garcia. Al igual que el resto de
protagonistas, el entrañable Hugo demostrará esconder más de un secreto acerca
de su pasado, especialmente en lo referente a una insólita maldición que parece
perseguirle desde que usó ciertos números para ganar un importante premio de
lotería. El principal tema musical asociado a Hugo es bastante sencillo pero
tremendamente efectivo, y consiste básicamente en la repetición de unas pocas
notas que, según la situación en la que aparecen, adquieren un tono distendido
o por el contrario inquietante. Un buen ejemplo aparece durante el brillante
flashback en el que Hugo visita a una mujer que le proporciona sorprendentes
datos acerca de los intrigantes números, momento en el que la música adquiere
un carácter misterioso y enfermizo.
El tema de la partida
Otro de los grandes méritos de Perdidos es su talento para construir
varias tramas paralelas que siempre acaban hallando su momento de máxima intensidad
en los capítulos finales de cada temporada. Un gran ejemplo se encuentra hacia
el final de la primera en uno de los momentos más recordados de la serie y de la
obra de Giacchino: la partida de una expedición compuesta por Sawyer (Josh
Holloway), Jin (Daniel Dae Kim), Michael (Harold Perrineau) y su hijo Walt (Malcolm
David Kelley) en una balsa que ellos mismos han construido y con la que
pretenden adentrarse en el mar en busca de ayuda. La belleza de la secuencia,
con una primera parte en la que los cuatro personajes se despiden de sus amigos
y una segunda en la que la nave inicia su viaje, está sublimada por la
excepcional banda sonora, cuya fuerza crece gradualmente a medida que se acerca
el momento de la partida. Se trata con toda probabilidad de uno de los mejores
temas jamás compuestos por Michael Giacchino.
El tema de Juliet
Si durante las dos primeras
temporadas de la serie apenas se aporta información sobre los Otros, los
enigmáticos habitantes de la isla que residen en ella desde hace décadas y que
acosan constantemente a los protagonistas, durante la tercera temporada por fin
se develan numerosas incógnitas sobre tan misterioso grupo. Sin embargo una de
las mayores sorpresas la depara Juliet (una maravillosa Elizabeth Mitchell),
quien a pesar de formar parte de los Otros permanece en la isla en contra de su
voluntad y pronto demostrará tener tantas ganas de regresar a casa como los
supervivientes del vuelo de Oceanic. El espléndido tema de Juliet aparece por
primera vez en la secuencia en la que los Otros, con Jack como prisionero, se
trasladan en barco a la isla principal desde la cercana isla Hydra; dicha secuencia
relaciona a varias parejas de la serie, entre ellas la formada en ese momento
por Sawyer y Kate (Evangeline Lilly), con los sugerentes cruces de miradas que
intercambian Jack y Juliet, anunciando de este modo la importancia que la
atractiva mujer tendrá en la evolución del triángulo amoroso formado por esos
personajes.
El tema de Ben
También en relación con los Otros
aparece Ben Linus (un excelente Michael Emerson), uno de los personajes más
interesantes y complejos de Perdidos.
Tan despiadado como sensible, tan manipulador como valiente a la hora de proteger
una isla por la que está dispuesto a darlo todo, Ben adquirirá poco a poco una
riqueza de matices que trastocará su siniestra caracterización inicial. No es
de extrañar en este sentido que la música que le dedica Giacchino refleje los
claroscuros de su personalidad, describiendo tanto lo inquietante de sus
métodos como lo nostálgico de su carácter. El tema de Ben aparece en
incontables ocasiones, pero sin duda una de las más destacadas es la que
ilustra el flashback que nos descubre la participación de este personaje en el
conflicto que enfrentó a los Otros con los miembros de la Iniciativa Dharma, la
misteriosa compañía que en el pasado realizaba extraños experimentos científicos
en la isla. El paseo de Ben por el campamento Dharma, completamente desolado
tras la muerte de todos sus habitantes, está acompañado por una hermosa y
melancólica variación de su leitmotiv, que combina el piano con la sección de
cuerda, en el que en mi opinión es uno de los mejores pasajes musicales de toda
la serie.
El tema de amor de Desmond y Penny
Además del triángulo amoroso
formado por Jack, Kate y Sawyer, a lo largo de la serie se van consolidando diferentes
historias de amor como las protagonizadas por Jin y Sun (Yunjin Kim), Charlie
(Dominic Monaghan) y Claire o Sayid (Naveen Andrews) y Nadia (Andrea Gabriel).
Sin embargo ninguna de ellas resulta tan conmovedora como la que describe la
relación a distancia entre Desmond (un genial Henry Ian Cusick), un desesperado
náufrago que lleva viviendo en la isla desde mucho antes de que llegaran a ella
los supervivientes del vuelo 815, y Penny (Sonya Walger), la gran mujer de su
vida a la que no ve desde hace años pero cuyo recuerdo le ayuda a seguir con
vida. Giacchino dedica a estos dos personajes un extraordinario tema de amor
cuyo romanticismo se desata en una de las secuencias más emocionantes de la
serie, aquella en la que Desmond consigue hablar con Penny por primera vez en
mucho tiempo gracias a una corta pero intensa llamada telefónica.
El tema de los seis de Oceanic
Si durante las tres primeras
temporadas de la serie las aventuras en la isla están enriquecidas por los recuerdos
de cada uno de los protagonistas que aparecen visualizados en forma de
flashbacks, en la cuarta temporada dicha pauta se rompe de manera inesperada.
En una opción narrativa tan sorprendente como arriesgada, la acción empieza a
saltar intermitentemente hacia adelante a través de numerosos flash-forwards
que nos descubren, entre otras cosas, que varios de los personajes principales conseguirán
regresar a sus hogares en un futuro próximo, si bien ello no significa que su
relación con la isla vaya a terminar. Michael Giacchino despliega durante estos
flash-forwards uno de los mejores temas de Perdidos,
un emocionante leitmotiv dedicado a esos seis supervivientes del vuelo 815 de
Oceanic que consiguen regresar a casa. Con una soberbia combinación de
romanticismo y tristeza, en correspondencia con el desamparo de unos personajes
que ya se sienten extraños en cualquier parte, esta melodía reaparecerá con
frecuencia en las temporadas finales de la serie funcionando no solo como acompañamiento
de esos seis personajes sino del grupo entero de supervivientes, convirtiéndose
de este modo en uno de los temas más importantes de la partitura.
El tema de la llegada a Los Ángeles
¿Qué les habría sucedido a los
protagonistas de Perdidos si el vuelo
en el que viajaban no se hubiera estrellado en la isla? En cierto modo dicha
pregunta halla su respuesta en la sexta y última temporada de la serie, durante
la cual aparecen numerosas fugas narrativas en las que se especula sobre cómo
habrían podido ser las vidas de los pasajeros del vuelo de Oceanic si éste
hubiera conseguido llegar a Los Ángeles con completa normalidad. Si bien el
sentido real de estas secuencias no queda del todo claro hasta el último
episodio de Perdidos, lo cierto es
que tan curiosa pauta narrativa funciona como un acertado contrapunto a la
conclusión de las aventuras en la isla, aportando además secuencias de gran emoción.
Una de ellas es sin duda la del esperado aterrizaje del vuelo 815 en el Aeropuerto
Internacional de Los Ángeles, secuencia embellecida por una melancólica melodía
iniciada con el piano y a la que lentamente se le añade la sección de cuerda
hasta lograr un crescendo de notable emotividad.
El tema final
Jamás compartiré el rechazo que
un gran número de seguidores de Perdidos
sienten hacia la conmovedora secuencia con la que finaliza esta serie
inolvidable. La conclusión de Perdidos
me parece sencillamente maravillosa, y por varios motivos: primero, por finalizar
la serie con una nueva e inesperada vuelta de tuerca, obligando al espectador a
replantearse gran parte de lo visto durante los últimos capítulos; segundo, por
lograr una secuencia de gran intensidad emocional que quedará grabada en la
memoria de todo aquel que haya llegado a sentir un gran cariño hacia los
personajes de la serie; tercero, por
el magnífico modo con el que consigue cerrar la historia enlazando con el
inicio de la serie y, al mismo tiempo, expandiendo sus horizontes narrativos; y
cuarto, por el memorable acompañamiento musical de Michael Giacchino, quien da
lo mejor de sí mismo en el tema final de su fascinante banda sonora. Este tema,
de casi ocho minutos de duración, tiene una primera parte centrada en el
personaje de Jack, con una versión lenta e intimista de su leitmotiv, y una
segunda en la que aparecen los demás protagonistas de la serie, momento en el
que la emoción se desata con una portentosa combinación de varios temas
referidos al grupo colectivo de personajes, entre ellos el de los seis de Oceanic
y el de la vida y la muerte. Un broche de oro magistral para una monumental
partitura destinada a marcar un antes y un después en las bandas sonoras
compuestas para la televisión.
Una disección perfecta de una de las mejores series televisivas, pese a no encontrarse dentro de mis preferidas, reconozco su valía.
ResponderEliminarSobre todo –como tú dices- por “su extensa y fascinante galería de personajes”.
Amén de estar acompañada de una banda sonora magistral. Me quedo con el tema en el que Locke recuerda que sufría parálisis y estaba atado a una silla de rueda. Quizás porque es uno de los personajes que más me agradaron-
Un placer leerte. Saludos,
Ann@
Buenas tardes, Anna:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Lo cierto es que Locke también es uno de mis personajes favoritos de la serie, seguido de cerca por Desmond. Ese tema musical que tanto te gusta aparece también en otros momentos especialmente trágicos de la vida de Locke, como por ejemplo cuando descubre que su padre le ha engañado para recibir de él la donación de un órgano vital.
Saludos.
Amigo, Pedro. Gran post sobre el compositor y músico Michael Giacchino sobre la mítica serie “Lost”. Pertenece a una generación que han hecho grandes cosas en estos últimos 10 años, junto a Beltrami, Marianelli, Powell, y alguno que me dejo en el tintero. El norteamericano, ya tiene un Oscar y un buen número de premios Emmy. Y otros que me dejó por las ondas de las web. La serie “Lost”, la cual, me dejó petrificado en la butaca tras su capítulo piloto; pequeña obra maestra. Después, con el paso de los capítulos de la primera temporada todo era demasiado previsible y abandoné el visionado. Eso sí, volviendo a su BSO, es extraordinaria y la selección de temas que has expuesto magníficos. Me quedo con el tema de “La vida y la muerte”, pero hay una versión con unas variables al son de efectos propios de la sala de espera en un aeropuerto y los actores orientales dialogando, que no sé cómo se llama, que me encanta. Resumiendo, MG cumplió con matrícula de honor todas las entregas de la BSO convirtiéndola en un clásico. Saludos
ResponderEliminarBuenas tardes, J.C. Alonso:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Celebro que te guste la banda sonora de “Perdidos”; en cuanto a la serie a mí en cambio me pareció sencillamente espléndida y tremendamente adictiva. A pesar de algunas irregularidades durante sus últimas temporadas te recomiendo que le des una oportunidad.
Ciertamente el tema de la vida y la muerte es uno de los mejores de la banda sonora. Si tuviera que elegir uno no sé si escogería éste, el de los seis de Oceanic o el tema de amor de Desmond y Penny. De todos modos la partitura completa es magnífica, de hecho no me fue fácil reducir la selección de temas a diez, pues tuve que dejar fuera algunos realmente brillantes.
Saludos.
Querida/o amiga/o,
ResponderEliminarEn una hora saldrá la publicación de los premios "THE BEST BLOG" que otorgo a los blog selecionados... Y te he incluido en la lista-
Besos, Ann@